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ellas Coach


Distinción 8: 
Preocuparse vs. ocuparse 
vs. sobre-ocuparse

Hace muchos años escuche la distinción de “preocuparse vs ocuparse” por primera vez de la boca de Miriam Ortiz de Zárate y me impactó mucho. Es una de las distinciones que más uso para mí misma cuando me enfrento a una situación o decisión difícil y también en mis procesos de coaching. Con los años añadí una parte: la sobreocupación. 

Hoy lo quería traer en nuestro blog deseando que esta herramienta a ti también te pueda ayudar.

¿Cómo se distinguen estos dos primeros elementos: preocuparse vs ocuparse? Básicamente cuando nos enfrentamos a un reto: 

1/ La preocupación: 
Si estamos en la preocupación estamos en la inmovilidad, en el bloqueo, en un bucle mental en el cual imaginamos los peores escenarios una y otra vez, o nos ponemos a pensar lo que hubiese podido ser si la situación fuera diferente, si hubiésemos hecho tal cosa en vez de la otra. Estamos fuera de la realidad y con la incapacidad de avanzar, atrapados por el miedo, más o menos intenso, que nos bloquea.  

2/La ocupación: 
Sin embargo, si estamos en la ocupación, estamos en el movimiento, avanzando hacia la solución o la resolución de nuestro reto. Es decir, tenemos la capacidad de enfocarnos en lo que sí podemos hacer, lo que sí está en nuestras manos en vez de enfocarnos en lo que no depende de nosotros (el contexto, una decisión ajena, un imprevisto, un contratiempo…) y que, en este momento, no podemos cambiar. 
Cuando estamos en la ocupación, somos capaces de proponernos pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para avanzar y salir de una situación desagradable o de alta presión. 

Por ejemplo, si me despiden en el trabajo, estar en la preocupación es quedarme atrapada en pensamientos negativos como “¿qué va a ser de mí?”, “¿y si no encuentro otro trabajo?”, “¿qué va a pasar con la hipoteca?”, “soy un fracaso” etc. 

Y por supuesto, son pensamientos “humanos” para no enjuiciarlos con otro término, qué por necesidad de supervivencia, nos pasan a muchos por la cabeza. Lo que nos permite esta distinción es no quedarnos bloqueados en estas narrativas mentales imaginarias. Ocuparnos nos permite salir de la preocupación y pasar a la acción. 

No podemos cambiar la situación, la decisión no la hemos tomado nosotros, y el contexto económico en el que vivimos no depende de nosotros. Sin embargo, hay algunas cosas que sí podemos hacer desde ya
Si seguimos con el caso del despido, la búsqueda de trabajo sería una acción, para ella puedo: actualizar mi CV y mi perfil de LinkedIn, hablar con mi red de contactos personales y profesionales, pedir una formación o un acompañamiento como el coaching o el Mentoring de carrera a la empresa, reflexionar sobre qué es lo que me gustaría hacer a continuación (priorizando desde la situación ideal hasta la situación aceptable), redactar una lista de empresas en las que me gustaría trabajar, entrar y apuntarme en los portales de búsqueda de trabajo etc. Y no se trata solo de hacer un listado sino a continuación, priorizar las tareas más relevantes, importantes y urgentes para poder invertir mi energía en ellas y poder así acercarme y conseguir mi objetivo 

3/ La sobreocupación: 
Ahora viene una tercera parte que añado a esta distinción: la sobreocupación. Por experiencia propia, y por todos los coachees que he tenido la suerte de acompañar, he podido observar que las personas que no son muy susceptibles de caer o quedarse mucho tiempo en la preocupación, suelen irse a un polo opuesto: el hacer, hacer y hacer indiscriminadamente. Y esto significa consumir mucha energía en mantenerse en la acción, sea cual sea, con el fin de no parar y de no reflexionar. Al fin y al cabo, es una manera de huir y de estar en la negación para no enfrentarse a la realidad. 

¿Qué hacer para mantenerse en un nivel 5, en la ocupación? 

  • Darse cuenta: cuando te enfrentas a un reto, usa esta escala y pregúntate honestamente, ¿en qué nivel de ocupación me encuentro? 
  • Aléjate de la preocupación: a veces para poder saltar más lejos, necesitamos dar unos pasos hacia atrás y coger carrerilla. Si sientes que te es difícil salir del bucle de la preocupación, da un espacio a tus pensamientos negativos: apuntalos en una hoja (preferiblemente sobre papel o en su defecto, en versión digital) todos los pensamientos que te vienen a la cabeza, describe las peores situaciones que te estas imaginando, suelta todo lo que piensas que podría haber sido y que ya no puede ser. Suéltalo todo para darle su protagonismo y lugar y de esta forma, poder dejar de cargar con ello. 
  • Pasa a la acción: apúntate algunas cosas, por muy pequeñas que sean, ¿qué podrías hacer para volver a la acción? Si la acción es muy grande “buscar un trabajo”, trocéala en pequeños ítems para que sea más realista, llevadero y motivador. 
  • Aléjate de la sobreocupación: prioriza tu listado de tareas y dedica tu energía a lo que realmente importa en este momento: ¿por dónde empezarías? Nuestra energía no es infinita, si no te quieres quemar, elige las tareas que más necesitan tu atención y pospone las demás. Vuelve a este tiempo de reflexión y de parada cada vez que te observas en un estado acelerado e hiperactivo. ¡Hazlo, tantas veces como te sean necesarias para salir del bucle del hacer y no sobre-ocuparte!
Todos tenemos una preferencia, algunos iremos con más facilidad hacia la sobreocupación y otros hacia la preocupación, preguntarte “¿cuál es mi preferencia?” puede ser un buen punto de partida, aunque no te encuentres en este momento frente a un reto. 
Por ejemplo, en mi caso, mi preferencia es la sobreocupación, ¡sin lugar a duda! Desde este autoconocimiento, me puedo observar queriendo hacer, hacer y hacer cuando me enfrento a un reto y puedo desacelerar gracias a un momento de reflexión auténtico y honesto conmigo misma, ¡desde el auto-cariño…siempre!

Por Laura González Ortiz de Zárate 16 abr, 2024
¿Algunas vez has visto sufrir a tu hijo o hija y te han entrado ganas de hacer "lo que haga falta" para evitarle su dolor? ¿te cuesta dejarle espacio para que gane en autonomía a la vez que quieres darle herramientas para que pueda evolucionar y crecer? ¡Te cuento un poco sobre esto y te dejo algunas ideas para poner en práctica!
Por Leïla Salamat - de Blignières 20 mar, 2024
Siento recordaros que, como seres humanos, nuestra energía es finita…sí, por mucho que a veces nos gustaría, no podemos estar a tope las 24 horas del día. Todos somos diferentes y tenemos necesidades variables, algunos necesitan dormir algo más que otros, algunos son matutinos y otros vespertinos, etc. En todo caso, el ser humano necesita alternar entre períodos de rendimiento y de descanso.
Por Laura González Ortiz de Zárate 16 feb, 2024
Uno de los retos a los que nos enfrentamos los seres humanos es el cambio. En las sesiones de Coaching nuestros clientes tienen un aprendizaje cognitivo, algo de lo que se dan cuenta y que, de alguna manera, quieren que cambiar. ¿Qué sucede? Que solo con el “darse cuenta” no es suficiente para que el cambio y la transformación se produzcan.
Por Leïla Salamat - de Blignières 18 ene, 2024
(Foto credit: Aleksandar Cvetanovic) En el diccionario de ellas Coach del mes pasado, justamente hablaba de la parada, como la acción de detenerse para no hacer nada, reflexionar, analizar, observar y poder volver a la acción con más consciencia…¡y también más energía! ¡Pero qué difícil es parar y paradójicamente, cuanto lo necesitamos! ¿Qué es lo que nos lo impide? Pensando en las semanas anteriores a las vacaciones navideñas, el mes de diciembre en boca de todos “este mes una locura” : los regalos de Papá Noel y de los Reyes, las comidas de navidad con los compañeros, amigos, la preparación de las cenas familiares, el cierre del año fiscal…y como madres, el disfraz para las funciones, las propias funciones y un largo etc. ¡¿No os pasa llegar tan acelerados a las vacaciones que cuesta trabajo decelerar y desconectar?! Y mientras estamos de supuesto descanso, por algún motivo inexplicable sobre-planificamos nuestros días off y/o ya estamos pensando en lo que nos espera a la vuelta . Incluso, nos llegamos a cuestionar el sentido de los descansos. Hace poco varios coachees me decían “si es para sufrir así a la vuelta… ¡no sé si me compensa coger vacaciones!” o “¡si pillas vacaciones, la pagas!” Legitimar la parada - tanto los breaks cortos durante el día (¡para comer decentemente entre otras cosas!), como los días de descanso que por ley están previstos y muy necesarios para recargar las pilas. ¿Para qué? aunque parezca contraintuitivo para algunas personas, los breaks nos permiten: dormir más y mejor, bajar el nivel de estrés y como consecuencia aumentar la productividad. ¡Un verdadero círculo virtuoso! ¿Estás gestionando bien tus descansos y tu energía? Si no estás segura, pregúntate: ¿Consigo dormir al menos 7 horas por la noche? ¿Consigo otorgarme pequeños breaks durante mi día laboral? ¿Consigo mantener cierta calma y templanza incluso en momentos de estrés? ¿Consigo desconectar completamente del trabajo por las noches y durante las vacaciones? ¿Consigo crear momentos de “Flow” , estando concentrado en una tarea (vs. multitasking)? El Flow es un concepto del cual hablamos con @Ana Morales en este artículo d e Vogue Business - ¿Consigo cuidarme además de cuidar a los demás ? Según Tony Schwarz , un gran periodista y autor del bestseller “The Power of Full Engagement: Managing Energy Not Time” , si respondes negativamente a 3 o más de estas preguntas, ¡deberías replantearte tu manera de gestionar tu energía! ¿Cómo sueles hacer para recargar las pilas? Tienes algunos trucos? ¡En una próxima entrada, compartiré algunas pistas para ayudarte en esta regulación de la energía !
Por Laura González Ortiz de Zárate 18 dic, 2023
La navidad debería ser un momento especial del año, un momento en el que recordar especialmente el AMOR, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Si esto es así, ¿en qué momento perdemos esto de vista y empezamos a hacer las cosas en piloto automático "por compromiso"? Regalar tantos regalos porque lo dice mi tío segundo por parte de padre, sonreír cuando no estoy bien para que mi familia de origen esté contenta, comer ciertas cosas que sé que no me sientan bien o ver a ciertas personas a las que no quiero ver. Está claro que hay temas familiares que son delicados, que no podemos imponer nuestra manera de hacer o de pensar y, que muchas veces, nos toca "adaptarnos" a ciertas situaciones. Por supuesto. Pero mi reflexión hoy va un poco más allá. Si te viene a la mente la palabra "Navidad", y acto seguido te viene asociada la palabra " sacrificio " ... ¿dónde está entonces el amor a ti misma? ¿te estás cuidando? ¿te estás priorizando? Y si tienes pareja e hijos, ¿les estás priorizando realmente a ellos? Y ojo, que los niños lo que más necesitan es ver a sus padres contentos. No a un montón de gente y al hecho de conservar "a toda costa" las costumbres de siempre. Con esto no quiero decir que haya que irse a una isla desierta en Navidad para alejarse de todo (o sí, jejeje), lo que me gustaría es invitarte a reflexionar si estás dónde quieres estar con quien quieres estar. Si te sientes libre, auténtica, en coherencia con lo que piensas, dices y haces. Y sí, amigos, esto aplica a todo el año y también a navidad. Especialmente a Navidad. Si no, ¿qué farsa estamos viviendo?
Por Leïla Salamat -de Blignières 24 nov, 2023
Para entender en lo que consiste regular nuestras emociones, podemos imaginar una rueda, como las que usamos para subir o bajar el volumen de la música. El hecho de regular las emociones seria como darle más volumen, cuando tendemos a reprimir, callarlas y no “vivir” la emoción. O bajarle el volumen en las situaciones en las que las emociones suelen salir a gritos y de forma explosiva. El beneficio de la regulación emocional es que nos permite encontrar un punto medio entre la pasividad y la agresividad en la expresión de nuestras emociones.
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